El sueño de Leopoldo Jacinto era jugar en Unión, pero su paso por las inferiores de ese club lo frustran porque es relegado y le dicen que estar allí es como hacerle perder el tiempo a sus padres. Cuando tenía veinte años estuvo a punto de largar todo. Pero su empeño, perseverancia y sacrificio no solo lo llevan a cumplir su anhelo sino que triunfa en el equipo más importante del país y logra llegar a la meta máxima de todo futbolista: ser Campeón del Mundo representando a su país y ganando la primera Copa para la Argentina.Hoy Leopoldo dice que el ser humano no tiene límites. Nos introduce en un viaje por su vida y por su obra, esa que a sus sueños lo convirtieron en realidad.
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