Un grupo de amigos emplean una radio clandestina cuya funcionalidad no es otra que prodigar en la discusión pública signos que puedan contradecir la estabilidad ideológica, en este caso en Fortaleza. Más allá de la aparición de una mujer misteriosa y de las derivas de la trama, los hermanos Pretti y el camarada Dioegenes intuyen aquí una forma de resistencia política frente a un nuevo orden conservador en ciernes que no puede recaer solamente en el poder de la imagen sino también en la intromisión desobediente del sonido: los textos leídos, la música elegida, los archivos utilizados constituyen un ejército móvil de signos a contramano del sentido común del que se erige el microfascismo. (RK)
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